jueves, 29 de septiembre de 2011

“Sistema, poeta, sistema…

…Empieza por contar las piedras,

luego contarás las estrellas.”

León Felipe, de Versos y Oraciones del Caminante.

Podría pensarse que se trata de un llamado de prudencia a los poetas y escritores jóvenes. Podría creerse que se planta aquí alguna limitación a la imaginación, como si se redujeran las fuentes de donde es posible iniciar algún proceso creativo. Pero es prácticamente lo contrario. Para escribir, hay que ser un observador sistemático, se tiene que empezar por contar los objetos más cercanos, los que, precisamente porque están siempre bajo nuestros ojos, no podemos ver tan fácilmente. Y ese “contar los objetos” es doble: es enumerarlos y también relatarlos. Es decir, significa darle su identidad a cada uno, por separado, y otorgarles cierta vida, cierta historia que los une a nosotros. Las piedras tienen romances con nuestros pies, idilios y roces irrepetibles que, sin embargo, ocurren repetidamente, cada día. Y a las estrellas, a las estrellas llegará nuestra palabra sólo cuando ésta haya escalado por el cielo, por el mismo edificio que ella se ha construido a sí misma para estar cerca de ellas. Se necesita sistema para estar junto a los astros.